jueves, 26 de abril de 2012

EL VERBO

EL VERBO
1. CONCEPTO
La palabra verbo no procede de la latina <<Verbum>>, que en esa lengua significaba <<Palabra>>, porque designa una clase de palabras que funciona como núcleo de la oración y es además la única palabra capaz de construir una oración por si sola. El verbo es, pues, <<la palabra por excelencia>>, y de ahí su nombre como categoría. Su forma es muy variable, ya que está constituida por un lexema y una desinencia que comprende seis morfemas verbales: Persona, Numero, Tiempo, Modo, Aspecto y Voz; Los Verbos Son Palabras Que Expresan Acción, estado o proceso.
1.1 EL SISTEMA VERBAL.
Se entiende por sistema el conjunto de formas que constituyen la conjugación, porque todas ellas se relacionan entre sí por oposición entre alguno de sus morfemas. Así, se puede hablar de oposición entre: formas personales / formas no personales (o verboides), entre presente / pasado / futuro, entre indicativo / subjuntivo, entre primera persona / segunda / tercera, etc.
En el español el sistema verbal está integrado por tres modelos de conjugación. La primera corresponden los verbos a cuyo lexema el infinitivo añade la terminación "ar"; la segunda a los infinitivos que añaden la terminación "er"; y la tercera a los infinitivos en "ir". Por ello, la raíz o lexema, que aporta el significado fundamental de la acción, se obtiene suprimiendo la terminación ar / er / ir al infinitivo correspondiente. Por ejemplo: cantaste, de cantar, raíz / cant; comías, de comer, raíz / com; partirás, de partir, raíz / part. El lexema verbal puede presentar afijos (prefijos o sufijos) que maticen el significado del lexema: llov / er, llov / vizn / ar; re / marc / ar, etc. En cuanto la desinencia o terminación, contiene todos los morfemas verbales, aunque no siempre se puedan separar y a veces sólo son analizables por comparación de unas formas verbales con otras: cant-aba-mos se opone a cant-aba en persona y numero, a cant-are-mos en un tiempo y aspecto, y a cant-ara-mos, en modo.
2. MORFEMAS VERBALES.
Elemento de la lengua que expresa las categorías gramaticales. Los morfemas verbales pueden ser: De Persona, Número, Modo, Tiempo, Voz, Aspecto.
Las personas de las formas verbales pueden ser:
  • Primera Persona: Cuando la acción la realiza al hablante solo: "juego", y puede acompañar el pronombre personal "yo" ; o el hablante con otras personas: jugamos, con el pronombre "nosotros / nosotras".
  • Segunda persona: Realiza la acción el oyente solo: "juegas" (tu) o el oyente con otras personas distintas del hablante "juegaís" (vosotros o vosotras).
  • Tercera persona: Realiza la uno o varios seres: "juega" (el, ella, el niño, la niña). "juegan" (ellos, ellas, los niños, las niñas), o uno o varios objetos (el libro, los libros), que no sean oyentes ni hablantes de la comunicación.
2.1) NUMERO.
El número del verbo es una marca de concordancia impuesta por el sujeto. Las formas verbales pueden ir en singular: yo hablo o en plural: nosotros hablamos. No presentan variaciones de número las formas no personales o verboides del infinitivo y gerundio: hablar, hablando.
Los verbos unipersonales sólo presentan formas verbales en singular, por su referencia nocional de la impersonalidad: nieva, nevaba. A veces, aparecen usos verbales que presentan una relación especial de concordancia con el sujeto, el verbo puede aparecer en plural con sujetos en singular: Eso son amores; este tipo de discordancia es aceptada porque responde a razones de significación o de sentido, porque, aunque el sujeto vaya en singular tiene significado de plural.
2.2) MODO.
El morfema verbal de modo indica la actitud del hablante ante el enunciado y significación verbal: la actitud puede ser objetiva o subjetiva. Ésta puede presentarse como un hecho cierto, o bien, considerar que su realización será más o menos incierta, virtual, hipotética, deseable, deseada, dudosa... Es una categoría específica del verbo. Si el hablante expresa la realidad de forma objetiva, sin tomar parte de ella, utilizará el modo indicativo, el modo de la realidad: Sergio estudia mucho; Hace calor; Mañana iremos al cine. Si el hablante participa en el enunciado, expresa de una forma subjetiva deseo, duda, temor..., utilizará el modo subjuntivo de la no realidad, de la representación mental: Ojalá tenga suerte; Es posible que lo haga. La gramática tradicional distingue cuatro modos verbales: indicativo, subjuntivo, condicional e imperativo, en realidad son dos los modos verbales: indicativo y subjuntivo, que corresponden a la doble actitud posible del hablante ante el enunciado: objetiva y subjetiva.
Los modos tradicionales imperativo y condicional no son más que variantes del modo subjuntivo y del modo indicativo: el imperativo del subjuntivo y el condicional del indicativo.
El modo indicativo es el modo actualizador por excelencia. Sus formas sitúan el acontecer en un lugar y momento dados. Sus formas verbales expresan que el hablante considera la acción o proceso como algo perteneciente a la realidad, que posee existencia objetiva: El muchacho está aquí. Había acudido mucho público. Iré a tu casa hoy.
El modo subjuntivo es el modo de lo virtual, ofrece la significación del verbo sin actualizar y a él pertenecen las formas verbales con las que el hablante considera la acción o proceso como algo irreal, como un hecho que existe en su pensamiento pero al que no puede atribuir fuera de éste, existencia real con seguridad: Espero que estés en casa; Ojalá lo hagas; Acaso vaya.
El modo imperativo expresa mandato u orden, función apelativa, se utiliza exclusivamente en situación de discurso. El mandato es la subjetivación del enunciado con matiz significativo optativo en grado máximo, sólo se utiliza en la segunda persona. Así, el imperativo queda incluido por su significado verbal en el modo subjuntivo. En su uso se confunde o alterna con el subjuntivo. El imperativo sólo acepta forma afirmativa: Ven tú. Venid vosotros. La forma negativa de mandato se expresa en presente de subjuntivo: No lo hagáis. Para expresar mandatos indirectos u órdenes referidas a otras personas gramaticales, que no sea la segunda, se utiliza también el presente de subjuntivo: Lo digan ellos.
El modo condicional es un tiempo verbal creado en las lenguas románicas, no existía en latín. Procede de la perífrasis latina del pretérito imperfecto de indicativo + infinitivo: Amaría de amare habebam. A lo largo de la historia de la lengua, el condicional ha presentado vacilaciones significativas de uso e incluso terminológicas. En principio, se denominó modo potencial, por su significación hipotética o posible: Me compraría un coche si pudiera; en la actualidad la Real Academia Española lo denomina condicional, por influjo de la gramática francesa y por ser el tiempo característico de las condicionales.
Por su significado, es un futuro hipotético, indica siempre una acción futura respecto a otra. Se incluye como variante de modo indicativo, porque el hablante lo utiliza como expresión de una acción real.
En el uso actual se sustituye o alterna con el pretérito imperfecto de indicativo en las oraciones condicionales: Si tuviera dinero, me compraría una casa o me compraba una casa.
2.3) TIEMPO.
El tiempo es la categoría gramatical que ubica el acontecer del verbo en el imaginario eje del tiempo natural o real del hablante. Se trata de una categoría deíctica. El tiempo es un concepto de medida; el hablante necesita expresar la fecha de las acciones, o comportamientos que expresa con el verbo, y para ello utiliza un segmento imaginario, en el que el punto de partida es presente, todo lo anterior es pasado y lo que queda por venir, futuro.

La oposición básica se establece entre el presente, el pasado y el futuro, acción simultánea, anterior y posterior respectivamente al ahora del hablante. El presente es puntual, pero en la conciencia del hablante abarca lo que acaba de ser presente y es pasado y lo que es todavía futuro, pero que va a ser presente de inmediato. El hablante, la realidad que mejor conoce es la que ha vivido, la que se ha dado en el pasado. La realidad del presente la conoce, pero no la ha asimilado, y la realidad del futuro la desconoce. Por eso, en la conjugación española hay más tiempos verbales en el pasado que en el presente y en el futuro.
Los tiempos verbales del modo indicativo son:
  • Tiempos del presente: presente: amo, temo, parto; pretérito perfecto: he amado, he temido, he partido.
  • Tiempos de pasado: pretérito imperfecto: amaba, temía, partía; pretérito indefinido o pretérito perfecto simple: amé, temí, partí; condicional simple: amaría, temería, partiría; pretérito pluscuamperfecto: había amado, había temido, había partido; pretérito anterior o con pretérito: hube amado, hube temido, hube partido; condicional compuesto: habría amado, habría temido, habría partido.
  • Tiempo del futuro: futuro simple: amaré, temeré, partiré; futuro compuesto: habré amado, habré temido, habré partido.

1 comentario:

  1. EL VERBO ES LA CLASE DE PALABRA QUE PERMITE EXPRESAR ACCIONES, TAMBIEN ES IMPORTANTE SENALAR QUE DE ACUERDO A SU CONJUGACION UN VERBO PUEDE SER REGULAR O IRREGULAR. SE DEBE TOMAR EN CUENTA QUE UN VERBO DEBE TENER CONCORDANCIA TANTO EN GENERO COMO EN NUMERO.

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